Ya van varios meses en los que hemos estado afrontando una realidad desconcertante, un escenario que no llegamos a imaginar cuando recién se hablaba del Covid-19.

Actualmente, mientras unos están en primera línea de batalla contra el coronavirus, otros han salido victoriosos tras haberlo padecido y otros lamentablemente no han vencido al virus (circunstancias donde las familias y amigos cercanos también lo experimentan), está ese gran número de personas que no están en dichos frentes y con información algunas veces confusa o contradictoria, otras incierta, se encuentran ante la dificultad de poder “predecir” ¿Estaré seguro si salgo? ¿La mascarilla será suficiente? ¿El supermercado es seguro? ¿Debo rechazar invitaciones con familia o amigos?.

Esa dificultad de predicción genera un sentimiento intenso de “incertidumbre” la cual es el motor del miedo, y éste cuando es “desproporcionado” genera ansiedad. Enfatizo en “miedo desproporcionado” porque el miedo es una respuesta natural y adaptativa que nos ayuda a sobrevivir e incluso ajustarnos a nuevas circunstancias.

Así que no es una “enfermedad” psicológica ni psiquiátrica, lo que hay detrás del síndrome de la cabaña es un miedo intenso que se relaciona con signos de ansiedad. Sin embargo, hay una nueva realidad o “nueva normalidad” donde la flexibilidad, responsabilidad y capacidad de adaptación a los cambios son aspectos que nos pueden ayudar a encajar mejor nuestros pensamientos negativos.

¿Qué factores predisponentes pueden ocasionar el síndrome de la cabaña? 

Hay varios grupos de personas que tienen más predisposición o vulnerabilidad a experimentarlo:

La población de riesgo: personas mayores o con patologías crónicas.

Personas con rasgos de ansiedad: fobias, hipocondría, ansiedad Generalizada, Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)

Personas con Inhibición Conductual: Pocas habilidades sociales, falta de red de apoyo.

Población Infantil: especialmente si han presentado previamente miedos, terrores nocturnos o tienen acceso a información que es difícil de asimilar para un niño/a y tienden a usar la fantasía para comprenderlo pero sin una guía la comprensión suele ser negativa.

Ansiedad infantil covid-19

¿Qué factores desencadenantes pueden ocasionar el síndrome de la cabaña? 

Un factor desencadenante es un estímulo en el ambiente que facilita que nos sintamos de una manera o de otra, los siguientes son algunos que en relación al covid-19 generan síndrome de la cabaña:

Haber estado expuesto a eventos estresantes relacionados con el covid-19: personal de trabajo con un alto riesgo de contagio. 

Haber pasado el confinamiento a solas: las personas que han estado en casa solas, y no han tenido que salir tanto para temas rutinarios, tienen a sentirse menos seguros fuera de casa.

La Desescalada: salir del confinamiento una vez te sentías seguro en casa.

El exceso de Información: alimenta los pensamientos negativos o catastróficos si la mente está constantemente centrada en ese aspecto y no da cabida a otro tipo de pensamientos.

Ser amigo o familiar de alguna persona que haya padecido el covid-19: esta situación da la sensación de estar más expuesto.

Fallecimiento de personas cercanas por coronavirus: esta cruda circunstancia genera un sentimiento importante de indefensión.

Ser familiar de alguien que tenga un trabajo de riesgo frente al covid-19: familiares de personal sanitario, limpieza, policía, hostelería mencionan vivir una doble preocupación; primero por la persona expuesta y por otro lado el temor al contagio a través de dicho familiar.

Alguna experiencia negativa al salir de casa: ver personas sin mascarilla muy cerca y tosiendo, ser interrogado por la policía o juzgado por alguna persona. Por ejemplo una persona acudió a consulta con el síndrome de la cabaña tras haber sido cuestionada al entrar a un súper mercado acompañando a alguien con movilidad reducida, cuando solo se permitía entrar a una persona por compra.

La dificultad para predecir o controlar: la ausencia de una vacuna, no poder controlar con quién te vas a topar en la calle, sin saber si tienen el covid-19 o no, pensar que tal vez se tenga el virus de manera asintomática.

¿Qué hacer si expermiento el síndrome de la cabaña? 

 

Una de las características principales de personas con predisposición a la ansiedad es la tendencia a los pensamientos catastróficos donde una visión de túnel impide ver otras opciones menos aprensivas. Por eso, la pandemia ocasionada por el coronavirus es un estímulo tremendamente potente y es comprensible que genere este tipo de reacciones a nivel general pero más aún en personas vulnerables. Algunas pautas que podemos poner en práctica son las siguientes:

Compartir con otros lo que nos ocurre: reconocer el miedo y apoyarse en los demás, ayuda a minimizar la intensidad del malestar. El problema no es sentir miedo, pues como mencionamos anteriormente, el miedo es una reacción adaptativa y útil en muchos casos; el problema es la intensidad del mismo así que hablarlo y escuchar otros puntos de vista puede ser muy útil.

Dosificar y filtrar la Información: Conocer lo que ocurre es importante, pero es recomendable hacerlo de fuentes muy confiables y comprobadas y evitar el exceso de información.

Tomar precauciones: La evidencia ha demostrado que si se toman las medidas pertinentes como el uso de la mascarilla y el lavado de las manos se evita de manera eficaz el contagio, así se tiene un poco de control y se disminuye la aprensión.

Paso a paso: salir de forma progresiva es muy importante, no pretendas hacer en una semana todo lo que no has hecho en algunos meses o te sentirás abrumado/a y esto a su vez disparará la ansiedad.

Ajustar las expectativas: es normal que ante un cambio tan grande, nos sintamos de una forma diferente, esa sensación es normal, no pretendas sentirte igual que antes pues estamos ante una nueva realidad; al principio puede ser incómodo pero si algo nos caracteriza como seres humanos es la capacidad de adaptación. Poco a poco te irás sintiendo mejor, a medida que tu mente y emociones se sincronizan para ajustarse a la “nueva normalidad”.

Realiza actividades que disminuyan la ansiedad: caminar, escuchar música, bailar, practicar un hobbie, meditar, respirar, son actividades que ayudan a disminuir los síntomas psicológicos y cognitivos de la ansiedad.

Buscar apoyo psicológico si el malestar persiste. Terapia Psicológica Brilo Psicólogos

Libro de ejercicios de ansiedad por el coronavirus

Te compartimos este fantástico recurso publicado por The Wellness Society con el apoyo de Jamma International.

DESCARGAR LIBRO

Call Now Button