Por Leticia Manzaneque Psicóloga Infantil Brilo Psicólogos

Antes de hablar sobre el Trastorno por Déficit de Atención y/o Hipercatividad (TDAH) es importante tener en cuenta que toda la información que describimos a continuación depende de las características del desarrollo que varían mucho de una edad a otra, y que lo normal es que la etapa de la niñez se caracterice por el aprendizaje a través del movimiento, la curiosidad, el juego, y los tiempos de atención a edades tempranas son cortos y se van ampliando a medida que se va creciendo. Este aspecto cobra importancia porque muchas veces se confunde el TDAH con la forma natural de aprender de los niños y niñas donde quizás unos necesitan más actividad que otros o cuando esperamos que estén sentados y tranquilos en situaciones donde un adulto puede hacerlo  porque ya su madurez neuronal de lo permite, pero los niños necesitan sus tiempos para aprender a regular sus cuerpo, su atención, sus emociones lo cual va ligado al desarrollo neurobiológico, el temperamento y el ambiente. 

A continuación describimos que es el TDAH entendiendo que es cuando hay un problema que se sale del margen natural del desarrollo. 

¿Qué es el TDAH?

 

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El Trastorno por Déficit de Atención y/o Hiperactividad es un trastorno de origen neurobiológico que afecta en la actualidad a millones de niños y niñas y que a menudo continua en la edad adulta. Por eso es un motivo de consulta frecuente dentro del campo de la psicología, especialmente la psicología infantil. 

¿Qué causa este trastorno?

Lo que sabemos actualmente es que su etiología es multifactorial, es decir se debe a varias causas, siendo las más importantes factores genéticos, neurobiológicos y ambientales, pero no únicamente a ninguno de ellos, sino a la combinación de todos.

¿Cómo se presenta?

El trastorno se caracteriza por la presencia de 3 síntomas nucleares o principales:

– Déficit o falta de atención

– Impulsividad

– Hiperactividad comportamental generalizada

 

Déficit de atención

Este síntoma suele percibirse cuando se comienza la etapa escolar, ya que es aquí donde se deben poner en práctica las habilidades cognitivas en desarrollo.

Se suele manifestar como:

  • Dificultad para mantener la atención durante un tiempo prolongado.
  • No presta atención a los detalles.
  • Presenta dificultades para finalizar tareas.
  • Le cuesta escuchar, seguir órdenes e instrucciones.
  • Desorganización en tareas y actividades.
  • Suele perder u olvidar objetos.
  • Se distrae con cierta facilidad.
  • No termina lo que empieza.
  • Evita las actividades que requieren un nivel de atención sostenido.
  • Cambia frecuentemente de conversación.
  • Presenta dificultades para seguir las normas o detalles de los juegos.

Impulsividad

Este síntoma viene de la mano de cualquiera de los otros dos, y guarda relación con la parte del cerebro encargada de la inhibición conductual, manifestándose por:

  • Impaciencia.
  • Problemas para esperar el turno.
  • Actuar antes de pensar.
  • Dar la respuesta antes de terminar la pregunta.
  • Interrumpir constantemente.

Hiperactividad

Suele ser el síntoma que más llama la atención, pero también el que más confunde debido a no conocer donde se encuentra la línea que separa lo normativo de lo patológico, se suele caracterizar por:

  • Dificultad para permanecer sentado o estarse quieto
  • Habla en exceso
  • Movimiento constante
  • Falta de constancia

El TDAH puede presentarse de diversas formas o tipos

  • Tipo combinado: se trata de la forma más frecuente de presentación en la que se encuentran síntomas tanto de falta de atención como también de hiperactividad.
  • Tipo predominantemente inatento: en esta forma destacan los síntomas en el área atencional, y los de la hiperactividad/impulsividad no son significativos.
  • Tipo predominantemente hiperactivo-impulsivo: en este tipo destacan los síntomas de hiperactividad e impulsividad, y los del área atencional no son significativos.

Las manifestaciones del TDAH suelen evidenciarse con el inicio de la escolaridad, ya que es entonces cuando se le exige al niño o niña permanecer sentados, seguir unos horarios estructurados, realizar deberes y prestar atención. Es importante que el diagnóstico precoz se acompañe de una respuesta educativa lo más ajustada posible a las características y necesidades del los niños.

En cualquier caso, resulta fundamental la detección y diagnóstico precoz del trastorno para abordar los síntomas y evitar problemas futuros de conducta y rendimiento escolar, autoestima y relaciones sociales. La detección puede tener lugar en el entorno familiar y/o escolar, pero es necesario que el diagnóstico lo lleve a cabo un profesional especializado.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo con un TDHA?

 

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En casa podemos ayudar de distintas formas para procurar un ambiente que ayude a nuestros hijos con TDAH a llevar mejor su día a día con los desafíos que les conlleva.

  • El afecto: el vínculo afectivo es el nexo de unión de la interacción con nuestros hijos, en todos los niveles por es importante tener en cuenta aspectos como la empatía: preguntarle lo que siente, validarlo e indicarle ideas para gestionar la emoción;  el contacto ocular, tocarle la mano o el brazo cuando se le hable para asegurarnos que nos está atendiendo y comprendiendo; hablar con un todo firme pero tranquilo, jugar con nuestros hijos es una manera fantástica de conocerlos y crear vínculo. 
      
  • Ser ejemplo: es una excelente forma de abordar la impulsividad, si nos ven gestionando nuestros enfados o frustraciones de una manera asertiva donde expresamos la emoción de una manera que no dale a otros, estaremos dando una valiosa enseñanza a nuestros hijos ya que sueñen aprende más por lo que ven que por lo que les decimos. 

  • Supervisar en casa las tareas escolares y guiar o poner estímulos visuales que les permita organizarse y recordar los pasos a seguir; también podemos ayudar creando espacios que le faciliten realizar sus actividades,  por ejemplo para los estudios  la mesa de los deberes despejada, o si es otra actividad estímulos visuales que le recuerden lo que debe hacer a continuación

  • Las normas y límites deben estar muy claras y ser breves. Ya que el niño o la niña debe tener muy claro lo que se espera de él o de ella. 

  • Debemos darle sentido de responsabilidad y crear una buena autoestima, para ello le iremos confiando tareas domesticas que él o ella pueda llevara a cabo.

  • Las rutinas son importantes, por lo que se recomienda que se establezcan unos horarios regulares para las tareas del día a día, como la comida, la hora de irse a dormir, la hora de levantarse, la hora de jugar, o de hacer deberes, etc.. Y procurar que se cumplan.

  • Elogie a su hijo o hija cuando se esfuerce en conseguir llevar a cabo una actividad o rutina, incluso si no llega a conseguir realizarla con éxito.

  • Las recompensas o premios deben ser inmediatos a la conducta realizada, así como las consecuencias naturales por no haber cumplido con aquello acordado.

  • Hacer ejercicio o actividad que permita canalizar la energía y también fomentar la respiración. 

  • Intentar no saturar la agenda y dar espacios de relajación.

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