En el día de hoy, nuestros Psicólogos Expertos en Adicciones en Benalmádena Lynn Gruwez y Antonio Fernández Alcaide nos cuentan qué es una adicción y cómo identificarla.
¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Cuándo he dejado de tener control? ¿Cuándo se ha convertido esto en una normalidad?
A veces es es demasiado tarde, cuando uno se da cuenta, y se hace esas preguntas. Es tan delgada esa línea, entre un consumo puntual y un consumo problemático. Entre uso y abuso. Creo que allí está la cuestión, cuando el consumo va a más y ya, de repente, es aceptado y habitual esnifar cocaína cada fin de semana. Y ya no sólo son los sábados por la noche. El consumo se prolonga desde el viernes hasta el domingo por la noche. Y hay que empezar a pensar en conseguir la sustancia el miércoles. Para el fin de semana.
Y, sin embargo, no todas las personas que consumen alcohol a diario son adictos. Un compañero mío define la adicción no como la adicción a determinadas sustancias, sino la adicción a querer cambiar, modificar o alterar nuestro estado de ánimo. Controlar cómo nos sentimos en todo momento. Quiero estar más relajado y desconectar del trabajo, por lo tanto, bebo alcohol. Quiero aguantar esta noche con mis amigos hasta las cuatro de la madrugada bailando, consumo cocaína. Me siento un poco nervioso, voy a ver si queda algún Diazepam. No puedo dormir, voy a fumar un poco más de cannabis que me suele relajar.
¿Qué tienen en común aquellas personas que se sientan en círculo conmigo en la terapia grupal?
Que un día se dieron cuenta que alguna sustancia, o un juego o conducta determinada, les ayudó a sentirse mejor o a disminuir una sensación desagradable. La sensación que lograron al consumir fue tal alivio, que la repitieron, y la buscaron de nuevo. Y otra vez. Y de repente ya nada era igual sin esa sustancia. La sensación de alivio se tornó en necesidad, no sólo psicológica, el cuerpo también la pide cada vez con más fuerza. La dependencia es ahora, también, fisiológica. Y ya uno depende, y no sabe cómo hacerlo sin esa ayuda.
Nada es igual, ya no hay vuelta atrás. Quieres, pero no puedes. Pasa de ser una diversión, a un mecanismo de afrontamiento, una ayuda, y luego una necesidad. Tengo una entrevista muy importante mañana, no puedo estar nervioso, necesito beber unas copas antes. He tenido una discusión con mi novia, odio esta sensación, necesito consumir para no sentir y poder pasar página.
¿Basada en mi experiencia profesional, qué es para mi la adicción?
Os diría que es básicamente un uso compulsivo, repetido, de una sustancia, o la repetición de una conducta de forma compulsiva, a pesar de las consecuencias negativas que ello está teniendo sobre nosotros y nuestro entorno. Cuando hago referencia a nuestro entorno, me refiero a seguir llegando a casa ebrio a pesar de ver cómo afecta ello de forma negativa a mis hijos. Ver el miedo en sus ojos, el sufrimiento, pero seguir llegando a casa sin tener control sobre mi cuerpo o sobre mis palabras. O seguir consumiendo cocaína incluso después de que mi jefe me haya dado un ultimátum en el trabajo. El no poder parar, el prometer que es la última vez, pero volver a caer, una y otra vez.
Uno tiene un problema cuando ya no se trata de una elección. La adicción te domina, elige por ti. En general, el uso de sustancias se vuelve otra forma de afrontar problemas. Es como un aprendizaje. Uno aprende que, en vez de hablar con un buen amigo acerca de un hecho estresante, o ir a correr al paseo marítimo, puede beber o fumar cannabis o jugar online y conseguir un efecto parecido. Al menos, a corto plazo. Y luego está la dependencia física. Uno ya no consume para afrontar un problema, sino por el simple hecho de evitar malestar físico o la aparición de síntomas de abstinencia. El cuerpo se ha vuelto acostumbrado a vivir con esa sustancia, y cuando no se la proporcionamos, la echa en falta, manifestándose con una serie de síntomas físicos y psicológicos.
Independientemente de cómo comenzó la adicción, llega un momento en el que el consumo de la persona continúa, simplemente porque se ha enganchado. Realmente es como un círculo vicioso. El ansia por evitar las sensaciones tan incómodas derivadas de no consumir (o del síndrome de abstinencia), les impulsa a continuar consumiendo.
En realidad, no hay un prototipo de drogodependiente. Y hoy en día, a pesar de todo lo que hemos avanzado, sigue existiendo una gran estigmatización social. Ni drogadictos, ni drogatas ni yonquis, ni toxicómanos ni enganchados. Son personas. Personas como tú y yo, que, debido a un conjunto de factores y circunstancias, desarrollaron una dependencia. La adicción es una enfermedad y la tenemos que tratar como una enfermedad, lo cual significa que le puede ocurrir a cualquier persona, sin importar su imagen, su estatus social o su nivel socioeconómico. Es una enfermedad porque modifica la estructura y el funcionamiento del cerebro.
¿Cómo saber si un conocido o familiar sufre de una adicción?
La persona adicta normalmente tiene muy poca conciencia de problema. No tiene la capacidad de darse cuenta de su comportamiento adictivo. Asume tener el control. Por tanto, es fundamental la ayuda de familiares y amigos en la detección precoz del problema y búsqueda de ayuda profesional. Cuanto más tiempo pasa más poderosa se vuelve la adicción y los daños producidos por ésta. De ahí la importancia en detectarlo lo antes posible.
A continuación, os detallamos algunos de los aspectos a los que, como profesionales de Brilo Psicólogos, os animaríamos a prestar atención para la detección temprana de alguna adicción. No tienen porqué darse todos ellos, siendo cada persona única y pudiendo manifestar diferentes signos y variabilidad en su intensidad. Lo que sí es común, es que estos cambios se van acentuando a medida que la adicción vaya ganando poder y control sobre la vida de la persona.
Cambios en el aspecto físico: dejar de cuidar la imagen personal, falta de aseo e higiene personal. Cansancio físicamente visible, ojeras, ojos enrojecidos o pupilas muy dilatadas. Movimientos descoordinados. Pérdida de peso. Temblores. Por otro lado, es común el uso excesivo de colonia, ambientadores e inciensos para camuflar el olor relacionado con las sustancias.
Cambios en el estado de ánimo: mal humor, irritabilidad, excitación, ira, hostilidad y depresión. Ansiedad y nerviosismo.
Aislamiento y desmotivación: prefiere la soledad, falta de interés por actividades que antes realizaba.
Cambios en el desempeño laboral o escolar: disminución en el rendimiento laboral y/o académico que, a medida que avanza la adicción, se va agravando.
Cambios en las relaciones familiares y sociales: dedican menos tiempo a la familia junto a un cambio en el círculo de amistades. Guardar secreto sobre las llamadas telefónicas. Tener amigos que no quieren que conozcas o de los que no quieren hablar. Contestar con evasivas cuando se les pregunta dónde han estado.
Cambios en la rutina diaria: perdida o aumento de apetito. Cambio en las rutinas de sueño y horarios muy irregulares de dormir.
Problemas económicos: la persona necesita más dinero debido al gasto que supone el consumo. Es común que pidan dinero a familiares y amigos con cualquier excusa. Robar dinero y objetos de valor es otra de las maneras empleadas para costearse el consumo. Mentiras de forma constante.
Si observas la mayoría de estos indicadores, buscar apoyo psicológico es de gran utilidad. Terapia Psicológica Brilo Psicólogos
“La adicción es un sustituto muy degradado de una verdadera experiencia de gozo.”
Deepak Chopra